Finalizar un bootcamp tras decidir cambiar tu trayectoria profesional da vértigo. Te das cuenta de que tienes todavía mucho que aprender y te enfrentas a un nuevo mercado laboral especialmente competitivo y exigente.

Los procesos de selección son tan largos como la lista de requisitos de las ofertas, a veces ni siquiera llegas a tener respuestas de por qué han rechazado tu candidatura que con tanto mimo has preparado. Puede llegar a ser frustrante y descorazonador.

La resiliencia, la confianza en une misme, la motivación y la proactividad son muy necesarias en este momento. Y para conservarlas, la mayor fortaleza que he encontrado ha sido tejer comunidad con personas con las que compartir el proceso y en las que apoyarme. Tuve la suerte de conocer a Step4ward al poco de finalizar mi bootcamp, y de contar con el apoyo de una mentora cuando más lo he necesitado. Una persona a la que pedir consejo, con la que resolver dudas y llegar a priorizar, pero sobre todo una compañera con mayor experiencia que yo a la que acudir a retomar fuerzas y mantener los ánimos.

El trabajo principal sigue siendo tuyo: aplicar, preparar entrevistas, seguir estudiando, picando código… pero una mentora puede acompañarte en ello, darte herramientas, ayudarte a definir tus objetivos, y revisar y afinar tu hoja de ruta según los mismos.

Step4ward es una iniciativa preciosa de voluntarias que se ofrecen a ayudarte en tu camino de una forma muy cercana y accesible. También comparten recursos valiosos, organizan eventos online y presenciales en los que ampliar tu red con personas igual de maravillosas. Para mí ejemplifica a la perfección una de las cosas más sorprendentes y bonitas del sector: la comunidad de sororidad entre mujeres y las ganas de apoyarse unas a otras.

Ha sido genial sentir que mi mentora estaba ahí para mi, cómplice de mis primeros éxitos como programadora. Me ha ayudado a tener más seguridad y se ha convertido en una persona de confianza con la que seguro seguiremos en contacto.